Científicos con doble vida

Científicos con doble vida
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El mundo de la ciencia exige una dedicación constante, y si estás inmerso en él, esto no te resultará nada nuevo. Los experimentos, los análisis, las horas interminables en el laboratorio… Todo eso hace que, muchas veces, los científicos parezcan figuras casi monásticas, entregadas por completo a su investigación. Para la mayoría, la imagen típica de un científico es la de alguien dedicado a una única causa, sin tiempo ni espacio para nada más.

Pero la realidad no siempre es así. Los científicos, una vez que cuelgan la bata de laboratorio, son mucho más que eso. De hecho, a lo largo de la historia, ha habido grandes figuras que no solo han destacado en sus campos, sino que también han brillado en otras áreas de su vida. Es como si ser brillantes en un solo ámbito no fuera suficiente. Y lo más curioso: algunos son incluso más conocidos por sus logros fuera de la ciencia.

Imagina lo que implica destacar en un campo tan demandante como la química, la física o las matemáticas. Las largas jornadas de estudio, la competencia feroz por hacer descubrimientos y la presión de mantenerse actualizado con los avances de la ciencia. Ahora, imagina compaginar eso con ser una figura central en el mundo de la música, las letras, el cine o el arte. Es difícil de creer, pero muchos personajes no solo lo lograron, sino que se convirtieron en figuras icónicas en ambas esferas. Así que si alguna vez te has sentido desbordado por la exigencia de tu trabajo, sigue leyendo y sorpréndete con las historias de cinco personas que lograron vivir “una doble vida” de manera magistral.

1. Alexander Borodin: El químico detrás de grandes sinfonías

Alexander Borodin es un nombre que muchos estudiantes de química conocen gracias a su trabajo en la reacción aldólica y su investigación sobre la química orgánica. Sin embargo, Borodin llevaba una doble vida. En paralelo a su trabajo en el laboratorio, era un músico apasionado, y no cualquier músico. Fue un destacado compositor ruso, miembro del célebre grupo de los “Cinco” que impulsó el nacionalismo musical ruso en el siglo XIX.

Aunque dedicaba sus días a la investigación científica, en las noches componía obras maestras, entre ellas la célebre ópera Príncipe Igor, y varias sinfonías y cuartetos de cuerda que han dejado huella en la historia de la música clásica. A lo largo de su vida, Borodin mantuvo la ciencia como su prioridad, pero el mundo lo recuerda con igual o mayor cariño por sus aportaciones a la música.

2. Brian May: El astrofísico que conquistó los escenarios

Es difícil imaginar a Brian May sin su inseparable guitarra Red Special, tocando los acordes de clásicos como Bohemian Rhapsody o We Will Rock You. Pero lo que muchos no saben es que May es también un destacado astrofísico. De hecho, interrumpió sus estudios de doctorado en física en el Imperial College de Londres para unirse a Queen, y décadas más tarde, retomó su investigación y completó su doctorado en 2007.

Sus contribuciones en el campo de la astrofísica no son menos impresionantes que sus éxitos musicales. May ha publicado varios artículos científicos, especialmente sobre la formación de polvo en el sistema solar, y es coautor de libros sobre astronomía. No hay duda, su habilidad para moverse con igual facilidad entre el universo y los escenarios es lo que le ha ganado la admiración de científicos y fanáticos de la música por igual.

3. Jorge Luis Borges: El poeta de las matemáticas

Jorge Luis Borges es uno de los escritores más reconocidos del siglo XX, con su obra poética y sus cuentos fantásticos que exploran la filosofía, la lógica y la metafísica. Sin embargo, detrás de su éxito literario, Borges tenía una mente profundamente influenciada por las matemáticas, especialmente por la teoría de conjuntos y la lógica.

Su interés por la matemática no era superficial. Muchos de sus escritos, como La biblioteca de Babel o El Aleph, exploran conceptos matemáticos abstractos y paradójicos. La precisión lógica que desarrolló en su faceta como matemático es evidente en la estructura intrincada y el simbolismo de sus obras literarias. A través de su amor por los números y las letras, Borges fusionó la razón y la imaginación de una manera única, dejando una obra que sigue inspirando a todos cuantos la lean (independientemente de si eres de ciencias o de letras)

4. Hedy Lamarr: La estrella de Hollywood que revolucionó las telecomunicaciones

Hedy Lamarr es recordada por su carrera como actriz de Hollywood, donde deslumbró a las audiencias con su belleza y talento en películas como Sansón y Dalila. Pero pocos saben que Lamarr también fue una inventora brillante. Junto al compositor George Antheil, Lamarr desarrolló un sistema de comunicación que utilizaba un método de espectro ensanchado, una tecnología revolucionaria que sería la base para la comunicación inalámbrica moderna, incluyendo el Wi-Fi, el Bluetooth y el GPS.

Durante la Segunda Guerra Mundial, Lamarr y Antheil patentaron su invento con el objetivo de ayudar a los aliados a evitar que los torpedos teledirigidos fueran interferidos por el enemigo. Aunque su contribución no fue valorada en su tiempo, años después se reconoció su papel fundamental en el desarrollo de las telecomunicaciones. Lamarr es, sin duda, un ejemplo perfecto de cómo una persona puede brillar en dos campos completamente distintos: la ciencia y el cine.

5. Lewis Carroll (Charles Dodgson): El matemático tras el País de las Maravillas

Charles Dodgson, mejor conocido por su pseudónimo Lewis Carroll, es mundialmente famoso por haber escrito Alicia en el País de las Maravillas. Sin embargo, su faceta más seria era la de matemático, especializado en lógica simbólica y álgebra. Dodgson era un brillante profesor de matemáticas en la Universidad de Oxford, y sus investigaciones en lógica matemática siguen siendo reconocidas.

Lo que hace a Carroll una figura inigualable es cómo fusionó su amor por la matemática con su talento literario. Sus cuentos están llenos de paradojas lógicas, juegos de palabras y experimentos mentales que reflejan su formación matemática. Por ejemplo, en Alicia, la lógica se convierte en una herramienta narrativa que sumerge al lector en un mundo de absurdos y reflexiones profundas.

Estas cinco historias nos dejan una lección clara: no tenemos que encasillarnos en una sola cosa. Ser un genio en la ciencia no significa que no puedas también brillar en otros ámbitos, y viceversa. Borodin, May, Borges, Lamarr y Carroll demostraron que es posible destacarse en más de un ámbito, sin importar lo distintos que parezcan. Así que, si alguna vez sientes que tienes que elegir entre tus pasiones, recuerda que puedes seguir el camino que te inspire y, con un poco de empeño, crear tu propio equilibrio entre lo que amas. ¡El límite lo pones tú!

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